Con gran paciencia con alumnos y profesoras despistadas que no recordaban su nombre. Alfredo contestó a las preguntas de los niños y niñas, nos confesó que necesita silencio para concentrarse y escribir y que “ El cartero que se convirtió en carta” le ocupó sólo quince folios.
Descubrimos que el cuento que hemos leído ha sido ilustrado por el mismo que dio imagen a Manolito Gafotas. Emilio Urberuaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario